Verdaderamente, debería titular este artículo de otra manera: ¿Es la mentira una herramienta útil en el mundo empresarial?
Podemos reponder de varias formas:
Una, idílicamente, diciendo que la ética, o la deontología profesional impiden esa forma de actuar y que, por lo tanto, debemos evitar siempre esa clase de comportamiento.
Dos, mirando a nuestro alrededor, leyendo la prensa o viendo la TV, observando a los líderes políticos y económicos, partiéndonos de risa leyendo la primera respuesta y siendo realistas.
La mentira NO DEBERÍA ser una herramienta empresarial o de comunicación, pero la realidad es que la manipulación de la opinión en beneficio propio es fundamental en nuestros tiempos y se utiliza conscientemente en todo momento. Forma parte del comportamiento de todos los estamentos públicos y privados, y también de nuestras propias vidas y de nuestra percepción de la realidad. Siempre estamos intentando dilucidar dónde está la verdad de lo que se nos transmite desde distintas fuentes.
En un mundo competitivo como el nuestro, negar que una manipulación a tiempo puede ser provechosa sería de una ingenuidad digna de un jardín de infancia. ¿Es triste? Sí, pero es la realidad. Las empresas emiten constantes mensajes intencionales que los medios de comunicación «compran» y luego hacen llegar a la opinión pública. ¿Verifican los MMCC el 100% de la información que los profesionales de la comunicación corporativa les hacen llegar? Como antiguo periodista repondo que NO, no hay tiempo material ni recursos humanos para ello, simplemente se valora el interés que porta la noticia y se valora su publicación, pero se da por hecho la veracidad de la fuente en la inmensa mayoría de los casos.
Cuando pregunto a mi alumnos si un DirCom debe mentir, casi siempre la respuesta es un contundente NO. Eso dice mucho de sus valores y de su juventud. Otras veces la respuesta es más complicada: Si mentimos y se desvela la verdad, el resultado será mucho peor que si hubiéramos optado por el camino de la sinceridad; por lo tanto, ante la encrucijada de la mentira hay siempre que valorar los efectos secundarios. Esa respuesta se acerca mucho más a la realidad. Por lo tanto, la mentira, desgraciadamente, es una herramienta constante de la que se valora su uso en caso de ser necesaria. Y si el resultado de dicha valoración es positivo, se construye y se lanza sin escrúpulos.
Una reciente encuesta entre profesionales de la comunicación británicos da como resultado que alrededor del 80% de los encuestados considera la mentira como una herramienta a tener en cuenta.
El objetivo final nuestro trabajo es velar por la imagen corporativa de nuestra empresa. ¿Dónde está el límite? Creo que ese límite está en la conciencia de cada profesional.
Si leemos cualquier manual de comunicación de crisis, veremos que la posición del reconocimiento de culpa, la humildad y la sinceridad, son las mejores armas para superar dicha crisis. Particularmente creo en ello. El desarrollo constante de un buen trabajo, el respeto a la legislación y la creación de una empresa responsable son los mejores caminos para evitar situaciones en la que se haga necesaria la mentira en nuestro propio beneficio.
Pero aquí planteamos otra pregunta ¿Ven siempre las empresas, desde el prisma de la rentabilidad, estos conceptos con los mismos ojos? Simplemente no. Ahora reponderé a la pregunta inicial: ¿Es la mentira una herramienta útil en el mundo empresarial? No solamente diré que sí, sino que añadiré que muchos leerán este artículo y pensaran que la pregunta que planteo es absurda…
Creo que la pregunta no es si la mentira es útil, sino si es correcta. Y la respuesta es que no.
Aún más: también dudo que sea del todo útil porque la mentira a la larga se descubre y el comunicador pierde su credibilidad. Enron puede dar fe de ello, como tantas otras organizaciones. Por ello es que tu penúltimo párrafo me parece el más importante de la columna.
Otra cosa es presentar el mensaje de la mejor manera posible. Y ahí se presenta una duda: ¿No decir toda la verdad es mentir? Yo creo que no.
Saludos desde Buenos Aires.
Somos de la misma opinión, pero lamentablemente la realidad diaria nos demuestra que pertenecemos a una tendencia minoritaria.
La manipulación a través de la comunicación intencionada, o debería decir «malintencionada», es el pan nuestro de cada día.
No creo que la mentira sea buena, ni mucho menos, ni creo que a largo plazo sea positiva ya que siempre sale a la luz y con peores conseceuncias, pero también es verdad que la opinión pública tiene una memoria muy corta y de ello se aprovechan aquellos que a través de la manipulación pretenden obtener beneficios.
Aquí podríamos diferenciar el uso de la mentira entre el mundo empresarial y el mundo político, los motivos son diferentes y las consecuencias también.
¿La mentira es útil? En el mundo empresarial me atrevería a decir que no, pero en el mundo político es una herramienta fundamental, no porque sea necesaria, sino porque los dirigente políticos la utilizan como herramienta habitual.
La manipulación como forma de «vestir» la información, de defender un cierto punto de vista intentando ocultar la parte menos beneficiosa para el emisor, es algo comúnmente aceptado. Siempre que no se cruce la frontera de la ética profesional es un juego que todos damos por bueno.
Mentir es otra cosa, es negar la verdad con la clara intención de obtener un beneficio, se trata de un engaño, de un fraude.
Todos somos responsables de lo que queremos creer y nuestra obligación es discernir en lo posible la verdad de la mentira y actuar en consecuencia.
Pero ¿No es también verdad que lo medios de comunicación deberían verificar su información antes de inundarnos con todo tipo de datos? ¿No son esos medios lo que también defienden tendencias y apoyan la mentiras dándoles credibilidad al publicarlas?
Muchas gracias y enhorabuena.
No decir una cosa a alguien dependiendo de las circunstancias, puede considerarse una mentira. Porque mentir en realidad consiste en utilizar los canales o flujos de información de forma partidista en el beneficio propio.
Todas las mentiras son secretos expansivos y asfixiantes de los que hay que desprenderse cuanto antes si se puede, porque obligan a una tarea incesante de enmascaramiento continuo. Pero se necesita también el secreto para poder sobrevivir, no podemos ir descubriendo nuestras cartas allá donde vayamos para perjudicarnos a nosotros mismos, es de locos, porque en la ocultación está la base de nuestro posible éxito, el saber algo que no sepan los demás en beneficio propio y poder maniobrar en consecuencia para conseguir lo que queremos. El secreto es una mentira, pero depende de si perjudica a alguien de forma directa o no, si no es dañino para nadie no se puede considerar una falsedad, todo depende que con que fin se haga. Lo confidencial determina que las grandes mentiras precisan mucho tiempo para fructificar, y también para ser guardadas con la avenencia del silencio. Sin esto no podríamos mantener las relaciones sociales con los demás, ya que impide ser descubiertos por las miradas de otros sin un espacio para protegerse con la ocultación. Siendo los secretos uno de los mayores logros de la humanidad, para disimular ciertas realidades conseguidas muy importantes para el bien general, por distintos medios, que pueden que sean muy negativas y poco éticas, y que no conviene que se sepan. Porque ir por la vida diciendo la verdad de todo a todo el mundo, haría que fuera de dementes vivir en sociedad y relacionarse con los demás, habría conflictos continuamente. Todo el mundo tiene secretos que no puede decir, incluso puede ser divertido jugar a ocultar cosas, pero casi siempre aquello que no podemos contar, tampoco lo podemos ocultar porque siempre necesitamos un confidente. Si un secreto es difícil de destapar, guardémoslo aun más, es lo mejor que se puede hacer. El secreto puede ser fantástico, pero hasta que te descubren, luego pierde el encanto y puede ser un grave problema.
Las falsedades son muy comunes en los medios de comunicación y en la política, y el mundo empresarial, porque se utilizan medias verdades que son las peores mentiras, ya que confunden y lían a los lectores y teleoyentes. Los medios de información no hacen más que pulir las mentiras para hacerlas pasar por verdades, es como un arte que cuando mejor lo hacen más triunfo tienen para ser creídos. La palabra puede estar asociada a la mentira si se hace con arte y seducción y pasar como verdad. En los medios de opinión es como si se reciclara la palabra para hacerla un producto de consumo más y convertirla en vendible, algo parecido al marketing. De tanto repetir las cosas las convierten en reales. Se crea opinión mediante la redundancia informativa, creando un clima propicio para hacer pasar falsedades como verdades, tratando de forma superficial temas importantes y de esa forma hacer posible difusión de todo tipo de mentiras. También se presentan mentiras o tergiversan deliberadamente con el objetivo de desinformar, o divulgando información neutral para que los teleoyentes se inclinen hacia una conclusión determinada de antemano.
Cuando se repite infinidad de veces una mentira o una media verdad, al final se la hace pasar como verdad, creándose incluso con el tiempo un creencia intocable mediante la manipulación propagandística continuada, con vistas para obtener un control total de la mente, la voluntad y el sentimiento del público. Dando una explicación parcial o completamente subjetiva de un tema que se discute, ocultando información esencial o demorando su diseminación, y divulgando información aparentemente confidencial sin que en realidad lo sea. Se presentan rumores haciéndolos pasar de forma fragmentada como hechos reales contrastados, se usan estudios estadísticos retocados y encuestas falseadas, incidiendo en los detalles y nunca en la información útil. Son técnicas para hacer pasar la mentira como verdad. Todo esto se hace en base a la libertad de expresión, que es el derecho a ser estúpido sin temer ser perseguido, porque la estupidez no está condenada, ni es juzgado ni encarcelado, evitando los ataques a la intimidad, privacidad y el derecho al honor de las personas…
ARTURO KORTAZAR AZPILIKUETA MARTIKORENA
No es bueno satanizar a nadie, es de mentes estúpidas. Ni Zapatero es el responsable total de la crisis y la recesión que se avecinan en los próximos años, ni tampoco fue el artifice total de los cuatro años de más progreso y crecimiento económico de la historia de este país. Son ciclos económicos, propios del sistema capitalista. Utilizar cualquier pretexto como el de la crisis, para desgastar al advesario no es de gente inteligente, es mejor aportar cosas nuevas que no criticar sin ayudar para llegar cuanto antes al poder. El electorado no es tonto, si comprueba que no se manipula para perjudicar a alguien que no tiene la culpa, lo valora positivamente.
Son unos ciclos provocados casi todos, con bajos crecimientos e incluso negativos, con alta inflación, porque durante estos tiempos muchos se enriquecen más todavía a costa de las desgracias ajenas. Los incautos que se metieron en más de lo que podían pagar y no preveyeron bien, son mangoneados, tienen que vender sus activos a bajo coste o regalados y ahí entran como rapiñas los especuladores para comprarlos a saldo, los guardan durante años hasta que vuelve el crecimiento económico y los venden a 20 o 30 veces el precio del que lo compraron. Y otras veces las crisis vienen sin avisar, desde afuera, siempre por el incremento de los precios artificialmente y en especial de la energía. Nada sucede por suceder, ni es aleatorio en política, sobre todo en el tema del dinero, quizás solamente la lotería primitiva dependa del azar, pero para que te toque y asegurarte el premio de 6 aciertos, tienes que estar cuarenta mil años jugando todos los días, y durante la espera tienes más probabilidad de que te caiga un rayo antes un día de sol sin nubes, de que des en el pleno.
La solución para no entrar en estos vaivenes ocasionados por especuladores para estrujar a la gente que trabaja, es no depender tanto energeticamente del exterior. Investigar en productos y máquinas más eficientes energeticamente, incrementando las inversiones en I+D, que no quemen petróleo ni gasolinas, y aumentar lo más posible el valor añadido de los productos, no hay otra manera de conducir esto hacia un sentido más positivo para salir lo antes posible del agujero.
ARTURO KORTÁZAR AZPILIKUETA MARTIKORENA
[…] Mentir. Robert Feldman, psicólogo de la Universidad de Massachusetts sugiere un vínculo entre mentir y el autoestima. “Hemos observado que en cuanto las personas sienten su autoestima amenazada comienzan a mentir”, afirma con relación a estudios en que también ha concluido que el 60% de las personas hacen este acto, al menos una vez durante una conversación de diez minutos. Por su parte, una prueba elaborada en la Universidad de Southampton, Inglaterra, afirma que mentir toma 30% más tiempo que decir la verdad. […]
yo pienso que la mentira deve de dividirse en mas conseptos que mentira porque cambiar la persepcion de la realidad es lo mismo que venderle tu idea y ala larga yo e desidido que devo hacer y tomar decciciones de las que nunca pueda arepentirme y asi protejo mi integridad
Lo primero sería establecer qué es una mentira y qué es una manipulación, más o menos interesada, de los hechos. Pero para eso tendríamos que redactar un nuevo blog.
Pero tú mismo has dado una clave importante: «Tomar decisiones de las que no haya que arrepentirse y que mantengan nuestra integridad». Es una buena definición de lo que debe ser la política de comunicación de cualquier empresa.
Gracias por visitar el blog.
Un saludo,
Joaquín Mouriz
yo soy mitomano. siempre digo mentiras y necesito ayuda que institucion u organismi puedo aistir, sou de venezuela
Hola,
Poco habitual acepción de mitomanía, pero correcta. Tú caso, tal y como lo das a entender, es más para un sicólogo que trate esa tendencia a la mentira compulsiva.
Suerte.
Un saludo,
Joaquín Mouriz
No te creo que eres de Venezuela